Hermosillo, Son. 21 de mayo de 2009.- Los 33 diputados infantiles 2009 se pronunciaron a favor de que en los programas de estudio se establezca la enseñanza y práctica de valores como honestidad, tolerancia, amistad, valentía y respeto, como medida preventiva para contrarrestar los efectos de la violencia escolar.
El Acuerdo resuelve solicitar a las autoridades federales y estatales, en materia de educación, para que en el ámbito de su competencia hagan lo conducente, según establecieron en el documento los diputados infantiles a nombres de las comisiones Primera y Segunda de Educación y Cultura, y de Justicia y Derechos Humanos.
La sesión del Congreso Infantil 2009 inició con la lectura de la lista de asistencia y aprobación del Orden del Día, y posterior a esto se presentó la propuesta con punto de Acuerdo, a la cual dieron lectura los integrantes de las comisiones y en su parte medular establece lo siguiente:
“El proceso educativo no se limita a la transmisión de conocimientos del maestro a sus alumnos, pues tiene como objetivo conducirnos en nuestro desarrollo para formarnos como personas que aportemos cosas positivas a la sociedad en que vivimos”.
Establecen que desafortunadamente las escuelas no pueden aislarse del clima en el que está envuelto hoy en día un amplio sector de la población, asediado por una diversidad de
males generados por razones económicas y sociales, entre otros factores.
Este es un fenómeno complejo y que tiene como origen diversas causas, refieren, donde se advierte el interjuego de tres instancias: la social o violencia contra la escuela, la familiar en la escuela y la institucional o violencia en la escuela.
“Es indignante ver cómo día tras día, nosotros los niños, a los que nos llaman con tanto orgullo `el futuro de nuestro País`, somos blanco de violencia, y, peor aún, de violencia dentro de nuestras escuelas”, destaca el documento.
Los diputados infantiles coincidieron que la violencia en las escuelas es el reflejo de la sociedad, pero aún así provoca desconcierto en algunos sectores de la comunidad y sorpresa en otros; es un fenómeno mundial y, por tanto, la responsabilidad no es sólo de quienes están en las escuelas sino del conjunto de la sociedad.
Es momento de trabajar conjuntamente con autoridades para que quienes intervienen en el proceso educativo -padres, maestros, directivos, empleados y alumnos-, toman conciencia de la situación que prevalece y reciban los elementos que permitan prevenir conductas que dañan a las personas a través de la violencia.
No sólo debe castigarse a los generadores de esa violencia, también deben realizarse acciones de prevención como es la transmisión de valores, tales como la